Pleno del Parlamento de Canarias | A vista de guirre

El presidente ya se ha reunido con la Voz del Pueblo

Los socialistas no se resistieron a la tentación de caracterizar las manifestaciones como una expresión del rechazo al actual Gobierno, como si Clavijo hubiera montado el «modelo turístico»

Gesto cariñoso de la consejera de Sanidad, Esther Monzón, al de Transición Ecológica, Mariano Zapata.

Gesto cariñoso de la consejera de Sanidad, Esther Monzón, al de Transición Ecológica, Mariano Zapata. / LP/DLP

Alfonso González Jerez

Alfonso González Jerez

Entre los diputados se hablaba mucho ayer de las manifestaciones del sábado, sin duda con curiosidad, pero también sin simpatías o antipatías demasiado definidas, salvo tres o cuatro diputados de PP, a los que les parecía un horror. Los de Vox, por lo que contaban, parecían tristemente resignados a que el resto de sus señorías no comprendieran que el problema grave no son los turistas, sino los negros. Cuando conozcan a un turista negro les va a estallar la cabeza a esta gente.

Toda la atención estuvo centrada en la pregunta que el portavoz socialista, Sebastián Franquis, dirigiría al presidente Fernando Clavijo sobre la manifa y sus consecuencias. Spoleir: los socialistas no se resistieron a la tentación de caracterizar las manifestaciones como una expresión del rechazo al actual Gobierno, como si Clavijo hubiera montado y puesto a funcionar el «modelo turístico» a mediados del pasado julio.

Antes, por supuesto, estuvo Casimiro Curbelo, que se sumergió en la ciencia ficción para preguntar al jefe de Gobierno cuándo serán evaluados los funcionarios de manera que su sueldo quede ligado al cumplimiento de objetivos. La respuesta más exacta es que nunca ocurrirá tal cosa mientras los funcionarios tengan derecho a voto, pero Clavijo le soltó al líder de ASG varias corteses abstracciones.

Luis Campos, siempre camisa blanca de su esperanza, acusó a Clavijo de una ejecución de los presupuestos muy baja, probablemente la más baja que recuerdan los más viejos del lugar, con lo bien que lo hacía Román Rodríguez, y otra vez insistió en que el Ejecutivo recauda más que nunca, y ahora no dice que mete mano al bolsillo de los ciudadanos y etcétera. Campos – y sus compañeros del Nueva Canarias – llevan meses y meses con esta matraquilla como argumento estelar.

El otro es que el Gobierno no ha bajado el IGIC como prometió Clavijo y secundó Manuel Domínguez en campaña y, por tanto, han incurrido en fraude electoral. Clavijo estuvo muy amable y no recordó que NC llevaba en su programa la ecotasa y se negaron a aplicarla. A continuación Nicasio Galván – le pones un jubón y una melenita y es tal cual Nicolasito Pertusato - aprovechó una pregunta para largar una perorata contra la Unión Europea y su firma voluntad de destruir la agricultura y la pesca en todo el continente (y en Canarias) porque el fin del mundo globalizado está próximo, como están a punto de acabar para siempre jamás la prohibición de pesticidas y la dictadura woke y las ensaladas obligatorias y cualquier otros nacionalismo que no sea el español amén.

Cuando tomó la palabra Sebastián Franquis hizo gala de nuevo de su maestría para la inanidad. ¿Por qué decenas de miles de canarios se manifestaron el sábado pasado? Porque no soportan a Clavijo. Por supuesto, Franquis subió la voz porque, a pesar de que lleva casi todo la vida viviendo del discurseo, nunca ha reparado en que cuando alza la voz se le entiende todavía menos.

Llega un momento en que parece un jubilado furioso porque no encuentra las pastillas que le ha recetado el digestivo. Todos los textos y las declaraciones de las organizaciones convocantes de la manifestación hablan de la voracidad de un modelo turístico desarrollado en los últimos cuarenta años, pero al portavoz socialista le importa un bledo. «Las manifestaciones del día 20», subrayó Franquis, «son una enmienda a la totalidad de su política turística y urbanística». Hay que tener mucho cuajo para lanzar esa acusación a un Gobierno que lleva nueve meses en el poder, y hacerlo desde una fuerza política que gestionó la Comunidad autónoma los cuatro años anteriores. Tener mucho cuajo o no tener demasiados argumentos.

Franquis insistió en que el presidente tenía que escuchar lo que dijeron los manifestantes, escuchar, entender y dialogar. En su respuesta Clavijo llevaba preparado un zasca: en la mañana de ayer, pocos minutos antes de las nueve, había recibido a representantes de la plataforma Canarias se agota en su despacho de Presidencia del Gobierno, una reunión que el presidente calificó de cordial y constructiva y que duró más de media hora.

Antes había resumido su actividad para impulsar una reforma del turismo en Canarias: su propuesta repetida a los empresarios de incrementar los sueldos, el decreto sobre vivienda vacacional actualmente en información pública, la inminente reunión con los presidentes de los cabildos insulares, los 73 científicos y profesores universitarios integrados en 14 grupos de trabajo para debatir con datos e información sobre los límites del desarrollo sostenible en Canarias y la revisión del modelo turístico.

Franquis aguantó el chaparrón impertérrito mientras, a su lado, Nira Fierro sonreía obsesivamente como los aterrados protagonistas de Smile. Más tarde David Toledo, el homónimo de Fierro en Coalición Canaria, lanzó una catalinaria feroz contra los socialistas en general y Franquis en particular, al que le reprochó que no condenara el escrache que un amplio grupo de activistas – que se definen como miembros de Canarias se agota, precisamente -- ha realizado en la puerta del domicilio del presidente.

A medida que transcurre este primer tramo de legislatura el grupo parlamentario socialista no ha hecho otra cosa que perder fuelle, energía y creatividad. Es un grupo sin liderazgo visible que repite en sus intervenciones y propuestas los mismos argumentos y trasmite las mismas actitudes que cuando el PSOE estaba en el Gobierno. Muy frecuentemente sus diputados se refieren al «Gobierno de Ángel Víctor Torres» como mencionando una especie de sortilegio que conseguirá por sí mismo iluminar un cielo oscuro. Al cronista se le hace difícil imaginar otros tres años y medios de gruñidos inintelegibles de Franquis y de sonrisas aterradoras o aterradas de Fierro. Algo tendrán que hacer.

Una vez terminadas las preguntas al presidente Clavijo llamó a los portavoces de todos los grupos para informarles como había marchado la reunión con Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial, en la babilónica Madrid. Ya había dicho antes el presidente que Torres había estado atento y dialogante, pero al parecer suponía una minoría de uno en el Gobierno central. Los portavoces acudieron a la llamada presidencial, como las golondrinas de Bécquer en el balcón sus nidos a colgar, mientras el vicepresidente Manuel Domínguez, consejero de Economía y Comercio, contestaba a sus preguntas, que se dividieron en dos.

Las que formularon diputados del PP, con el objetivo de dejar claro que Domínguez era lo mejor que le había pasado a Canarias desde la victoria sobre Nelson, y las de la oposición, que descubrió hace tiempo que Domínguez no es como Clavijo, cuya sangre está solo medio grado por encima de la temperatura de congelación. Domínguez, aunque se controla hoy más actualmente, sigue disparándose a veces.

Después de ser infinitamente festejado por su gente por los bonos consumo contestó fulminantemente a Nira Fierro –precisamente --sobre si estaba a favor de una tasa o impuesto de naturaleza turística. El exalcalde de Los Realejos le pidió a la diputada socialista «para poder contestarle» si se refería a un impuesto o a una casa, «porque no son lo mismo». «Si es por ejemplo a una tasa, ¿a qué tasa se refiere? ¿Sobre qué propuesta concreta quiere que me pronuncie?».

Finalmente, sin ningún suspense, el vicepresidente aclaró «por enésima vez» que no estaba a favor de cobrarle un puñado de euros a los turistas «simplemente por pernoctar en el hotel». Pero acto seguido dijo que estaba abierto a discutir y en su caso aprobar medidas fiscales sobre la propia actividad turística. Para nada es poca cosa viniendo del líder del Partido Popular de Canarias. De todo lo demás ocurrido en el pleno se les informará o no puntualmente mañana. A ver si no hay una bullanguera manifestación cerca y se puede escuchar a los padres y madres de la patria.

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